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Capítulos de La Vida en un Pueblo Indígena de Guatemala
[Introducción] I. Niñez ] II. Cortejo y Matrimonio ] III. Vida Matrimonial ] IV. La Muerte y Mas Allá ] V. Consideracions Culturales ]
   
  Como se observó por el autor en el año 1941.
 
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El lago de Atitlán yace al borde meridional de la ancha faja del altiplano que cruza a Guatemala, engarzado en una depresión montañosa, dominada por tres elevados volcanes. Una veintena de villorrios indígenas, empequeñecidos por el fondo montañoso, está ubicada al azar en torno a las tortuosas playas del lago, que mide doce millas de largo y seis de ancho.

Al igual que el millón y medio de indígenas que componen la mitad de la actual población de Guatemala, los residentes de la cuenca del lago de Atitlán hablan dialectos con raíces maya-quichés, similares a la lengua que hablaron los que construyeron el fabuloso imperio maya en las tierras bajas de Guatemala y Yucatán1. Las mujeres tejen en telares de mecapal, los hombres cultivan el maíz en las laderas de las montañas y en los valles, y las gentes de los diferentes pueblos intercambian productos en mercados al aire libre. Ello es parte de la vida que existía antes de Colón. Sin embargo, igual huella ha dejado el impacto de los conquistadores españoles sobre su cultura. Cada pueblo tiene su alcaldía y su iglesia católica; el café se ha convertido en la bebida indispensable; y el dinero es el medio de intercambio.

Aun cuando los pueblos en torno al lago tienen muchas similitudes, le diferencian entre sí por su tamaño, cosechas propias y nivel de riqueza. Cada uno tiene su indumentaria peculiar y sus costumbres distintivas, a pesar de los siglos de contacto entre ellos. Cada comunidad ha entretejido su doble herencia indígena original y la española introducida en un sistema de vida tan diferente de los otros, como son las personalidades de los individuos. Puede decirse que cada pueblo tiene su propia cultura. Estas comunidades rurales, que aun cuando se sometan cada vez más a las costumbres citadinas, hacen uso de la tradición oral en lugar de la escrita y combinan los aspectos primitivos con los civilizados. Ellas pueden ser mejor descritas como ejemplo de la cultura folk1.

Las siguientes paginas presentan un esbozo de la cultura folk de San Pedro La Laguna, pueblo de cerca de quinientas casas de adobe, situadas en grupo compacto en tomo a una plaza central. Con una población de 2,400 habitantes, el pueblo tiene el tercer lugar entre los mas grandes villorrios situadas a la orilla del lago y ocupa una planicie a más de cien pies sobre el nivel del lago, al pie de un inactivo volcán, quienes inclinados lados forman parte de las tierras agrícolas. Ubicado a unos 5,000 pies de altura sobre el nivel del mar y goza de un clima templado, con un ciclo anual consistente de un estación lluviosa y otra seca, ambos mas o menos de igual duración. El nombre del pueblo es el santo patrón (San Pedro), y, además, indica su ubicación sobre el lago (la laguna), para distinguirlo de las otras poblaciones guatemaltecas llamadas así en honor del mismo santo. Pero para el objeto de este trabajo, bastará el nombre de San Pedro y el término sampedranos, o pedrano, simplemente para referirse a sus habitantes.

No hay caminos que comuniquen a San Pedro con otros pueblos. La gente viaja a pie y ocasionalmente a caballo por los estrechos senderos que serpentean las escarpadas pendientes. No tienen otros vehículos sino canoas nativas hechas de troncos ahuecados, reforzadas con tablas a los lados. Son conducidas por un grupo de hombres que reman en posición vertical, con un experto en la popa conduciendo la nave, mientras el hombre en la proa rompe la fuerza de las olas que, como penachos blancos, levantan los vientos que soplan súbitamente a lo largo de los barrancos entre las montañas. Algunas lanchas particulares son lo suficientemente pequeñas para permitir su manejo por un solo ocupante; otras son de propiedad comunal y pueden llevar cuarenta pasajeros con cientos de libras de carga. Una o dos grandes canoas, manejadas por tripulaciones municipales, hacen viajes diarios al pueblo de Santiago Atitlán, que tiene mercado.

No existen medios eléctricos, mecánicos o de ninguna otra naturaleza, con excepción de las instalaciones del teléfono y telégrafo en la alcaldía para la transmisión de mensajes oficiales.. La mayor parte de las casas consisten de un solo cuarto, una puerta, sin ventanas. Las paredes son de ladrillos de adobe, aunque algunas de las familias más conservadoras utilizan tallos de caña, y unos cuantos ciudadanos adinerados construyen sus casas con bloques de piedra recortados. Los techos, inclinados, son de paja o de tejas sobrepuestas; en algunos pocos casos son de lámina. Casi todos los pisos son de tierra duramente apelmazada.

Unas cuantas familias crían cerdos, que mantienen acorralados o amarrados en el patio; muchas tienen caballos y mulas para su transporte, y casi todas poseen gallinas y pavos. Algunas familias adineradas crían ganado en las tierras ribereñas, aunque una que otra cabeza de ganado sea engordada para el mercado en las afueras del pueblo; se ordeñan una o dos vacas para el consumo de residentes ladinos que se hallan temporalmente en San Pedro. Los perros son animales domésticos y a veces se tienen gatos para eliminar ratones y ratas de los silos de maíz.

El fogón consiste en tres piedras colocadas en una esquina de la casa. Como no hay chimeneas, el humo se escapa por entre las vigas del techo. Un número reducido de casas tienen una cocina anexa a la casa para cocinar y comer. La gente duerme sobre petates colocados en el suelo o, lo que es más usual, en camas de tablas elevadas a cierta altura. Entre otros artículos de uso corriente hallamos tinajas grandes para guardar agua, una variedad considerable de ollas de barro y parrillas para cocinar y guardar alimentos, cofres de madera para la ropa, y piedras [de tres pies] para moler maíz, café y chile. Por lo general, no se utilizan mesas y sillas; los hombres se sientan en bancos y las mujeres y los niños en el suelo. Las familias adineradas tienen armarios y otros muebles similares. [mas sofisticados.]

Generalmente hacen tres comidas al día; los hombres llevan consigo al campo el almuerzo y calabazas con agua. Se consume una gran variedad de alimentos, incluyendo verduras crudas y frutas de la temporada. Los frijoles cocinados son indispensables y la variedad preferida es la negra brillante. Las carnes de res, marrano y aves, así como los huevos, son muy apreciados, pero se comen con poca frecuencia debido al costo. Las calabazas son comunes y los tomates y las cebollas verdes son los principales vegetales que se utilizan para cocinar sopas de carne.

Pero el alimento más importante, con mucho, es el maíz; constituye más de las tres cuartas partes de la dieta total. Pilas de tortillas o tortas de maíz se consumen en cada comida. También se come maíz en la forma de tamales envueltos en hojas del mismo maíz, en forma de atole espeso, en mazorca y de otras maneras. No se come arroz o papas, aunque los panaderos locales compran harina de trigo para hacer pan blanco, que se consume en ocasiones festivas. Los nativos, con una o dos excepciones, ni usan ni gustan de la leche y los productos lácteos.

La gente de San Pedro, en común con otros miembros del grupo racial mongoloide, tiene pelo negro lacio, ojos oscuros, pómulos prominentes en cara redonda y tez bronceada. Sin embargo, son ligeramente diferentes de los indios de la región circundante. Son más altos, tienen una tez un poco más clara, y en general, [son] un tipo físico más atractivo para los observadores foráneos todo posiblemente debido a una mezcla de sangre blanca en tiempos anteriores. Muchos de los hombres y mujeres y la mayor parte de los niños causan en los visitantes la impresión de ser decididamente apuestos; tienen asimismo reputación generalizada de poseer una amabilidad digna y un alto sentido del honor. Desde luego, entre los habitantes del poblado existe gran variedad individual.

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  1 A partir de 1930 (cuando fue propuesto por el doctor Robert Redfield como parte de un construcci6n conceptual y topológica conocida generalmente como "el continuum folk-urbano"), el término "folk" ha sido motivo de amplia discusión de parte de muchos investigadores de campo y teóricos de la antropología, tanto cuando se aplica a la cultura como cuando se aplica a la sociedad. El término fue propuesto más o menos cuando se iniciaban los estudios antropo1ógicos llamados "de comunidad", que han sido llevados a cabo en Guatemala y en muchas partes del mundo. Tax.'s estudios fueron hechos en sociedades que no eran tribales ni "primitivas", pero que, aunque eran más complejas que éstas, tampoco estaban integradas a las sociedades consideradas como "civilizadas", de cultura industrial. Aunque los antropólogos no se han puesto de acuerdo en cuanto al uso del termino "folk" parece ser que el autor del presente trabajo lo está aplicando en el sentido que queda indicado, es decir, a la cultura de una sociedad que no es "primitiva" ni "civilizada", sino que se encuentra en algún punto del camino que separa a ambos "tipos" ideales, y está cambiando por influencias del segundo, con lo cual se halla en contacto, aunque sea en forma indirecta. (Noval) (N. del E.)
   
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